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Por Guardiana (Bolivia)

“Estoy atravesando problemas de violencia por parte de mi esposo. Suele insultarme cotidianamente, me empuja y jalonea cuando se le ocurre. Cuando se molesta me presiona el cuello y últimamente hace uso de detergentes en mis ojos. Me amenaza constantemente con botarme de la casa y que no podré volver a ver a mis hijos. Me acusa de que soy infiel. Cuando le entra la culpa después de alguna pelea se disculpa, llora y hasta me dice que si no le perdono se va a matar. Estoy cansada de todos estos hechos, y temo por la seguridad de mis hijos, no tengo apoyo de mi familia y él se aprovecha de eso”.

A esta madre agredida le aconsejé acudir a la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia. Tienes que saber que la mayoría de estos casos de violencia se dan en el hogar. “El entorno familiar continúa siendo el espacio en donde ocurren actos de violencia física, sexual, psicológica, emocional y económica en contra de las mujeres”, asegura la Fiscalía Especializada en Delitos en Razón de Género y Juvenil.  

La violencia tiende a ser creciente

La mujer que escribió a Guardiana está inmersa en un claro ciclo de violencia tanto verbal, psicológica como también física. Guiomar Hylea Bejarano Gerke, psicóloga especializada en el área forense, quien ha tratado casi a diario en todos sus años de trayectoria a mujeres víctimas de violencia, explica que en la mayoría de los casos, se suscita un ciclo violento cargado de manipulación, culpa y esperanza. Manipulación por parte del agresor y esperanza por parte de las mujeres maltratadas.

“Los agresores –explica la psicóloga– suelen desarrollar a lo largo de la relación habilidades para manipular a sus parejas, instaurando en ellas sentimientos de miedo y culpa. Estos manipuladores juegan con los sentimientos de sus víctimas, así luego de una golpiza, por ejemplo, lloran, se arrodillan, piden perdón, etc. Con estos actos premeditados pretenden generar un sentimiento de compasión y de esperanza de que ellos van a cambiar. Pero la verdad es que no cambian. La situación solo tiende a empeorar. Si antes te daban una bofetada, la violencia escalará porque saben que si los perdonaste una vez podrás perdonarlos dos o tres o cuantas veces sea necesario”.

¿Qué pasará con mis hijos?

La abogada Lorena Borda, especialista en casos de violencia de género y además defensora de los derechos de la mujer, te dice claramente: “Tus hijos no podrán ser separados de ti en una situación de violencia. Ellos estarán contigo en un centro de acogida (si es que ese fuera el caso) y permanecerán a tu lado si es que tu agresor fuese retirado de tu domicilio”.

El Cap. Gilmar Neves, jefe operativo de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) La Paz, asegura que “si los actos de violencia se desarrollan dentro del domicilio, tras realizar un llamado a la FELCV o recurrir al botón de pánico, los efectivos policiales deberán proteger a la víctima y a sus hijos por sobre todas las cosas”. Eso quiere decir que la víctima no podrá ser echada de su hogar por el agresor.  Al contrario, los policías deberán asegurarse que quien se retire del domicilio sea el maltratador.

No obstante, Neves explica quesi tu agresor te ha botado de la casa puedes llamar a la FELCV para ser rescatada por ellos. Esta institución, en coordinación con el Ministerio Público y las alcaldías de la ciudad, deberá asignarte a un Centro de Acogida donde te sientas segura y protegida. Si los policías se presentan en tu domicilio, tienen la obligación de sacar al agresor de ese espacio y no permitir que se quede en la casa. Sin embargo, si es un lugar donde además vive la familia del agresor, los efectivos policiales se encargarán de retirarles a ti y a tus hijos de ese lugar, por seguridad”.

“Muchos hombres usan a los hijos para causar más dependencia y miedo. Les dicen a sus víctimas cosas como: “Si me dejas, nunca más los vas a ver”, “me los voy a llevar”, entre otros dichos que hacen que la víctima se retracte de denunciar. Lo que las víctimas deben comprender es que la ley, en Bolivia, las ampara. Ningún hombre puede quitarte a tus hijos si es que la víctima de violencia eres tú”, remarca Borda.

Además, cabe recalcar que ya sea que él o tú sean desalojados de esa casa, él como progenitor tiene la obligación de pasar una pensión establecida por ley. El monto mínimo corresponde a 432 bolivianos por cada hijo.

¿Qué hago si no tengo familia a quién recurrir?

Una situación de la cual muchos agresores suelen tomar ventaja es que sus víctimas no tengan familia a quién acudir. Para seguridad tuya, en todas las ciudades del país deben existir refugios a los cuales puedes llegar luego de presentar una denuncia, ya sea en el Servicio Integral Legal del Municipio (SLIM) más cercano, en la EPI más cercana que tenga una oficina de la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia (FELCV), en la Defensoría del Pueblo o incluso en la Fiscalía.  

Centros de Acogida

A nivel nacional, en las distintas gobernaciones y alcaldías del país existen Programas de Defensa y Protección de la Mujer que consisten en ofrecer albergue a mujeres en situación de violencia, además de una atención integral, con el objetivo de lograr el empoderamiento socioeconómico de la población beneficiaria.

Estos centros, por lo general, tienen la obligación de ofrecer atención integral psicológica, pedagógica, social y de salud, además de capacitación en habilidades técnicas manuales.

En La Paz, por ejemplo, los SLIM, la Fiscalía y la FELCV trabajan en conjunto con dos Centros de Acogida: el Albergue Transitorio de la Alcaldía ubicado detrás de la Cervecería Nacional, en la calle Chuquisaca; y el Centro de Acogida, que es parte del Programa de Defensa y Protección de la Mujer, del Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges).

El servicio de un Centro de Acogida puede ser solicitado por cualquier SLIM, FELCV, institución promotora de la denuncia a la que haya recurrido la mujer víctima de violencia. Se puede acceder a este tipo de beneficio cuando exista riesgo de que la violencia siga o se agrave y la víctima no cuente con una red familiar ni social que la apoye y no exista otra forma de garantizar su protección y seguridad.

El servicio concluirá por decisión voluntaria de la usuaria. También cuando desaparezcan las causas de riesgo que dieron origen a su ingreso. Y/o por el cumplimiento del plazo de acogida (tres meses) y cuando la víctima de violencia haya establecido un plan de vida.  

Las personas beneficiarias del servicio de Centros de Acogida son todas las mujeres adultas y adolescentes desde los 16 años que atraviesan hechos de violencia. Y sus hijos hasta los 18 años.

¿Dónde puedo denunciar?

Según la información compartida de manera pública por la Defensoría del Pueblo, una persona puede presentar su denuncia por violencia de género en las siguientes instituciones:

  • El Ministerio Público (a través de la Fiscalía)
  • Por denuncia directa en la FELCV
  • A través del Servicio Legal Integral Municipal (SLIM)
  • Defensoría del Pueblo
  • Defensoría de la Niñez y Adolescencia
  • Las autoridades indígenas originarias campesinas (si corresponde)

Desde el 2020 la FELCV habilitó líneas de WhatsApp donde también se reciben denuncias y a las cuales puedes acudir a través de un mensaje o llamada:

  • La Paz: 61000523 y 67008570
  • El Alto: 72042202
  • Santa Cruz: 72042264
  • Cochabamba: 60707069
  • Oruro: 62805818
  • Potosí: 72042570
  • Chuquisaca: 72042698
  • Beni: 72042709
  • Tarija: 78241690
  • Pando: 72042740

Otras líneas de atención:

Puedes comunicarte al 800140348 – FELCV Bolivia línea de auxilio

Al 800 1130 40 para solicitar apoyo psicológico

Al 800 13 23 23 para apoyo legal, Observatorio de Justica de Voces Libres.

En La Paz puedes comunicarte a la línea gratuita 156 – 800 10 4100 – 69982664, que brinda atención a personas víctimas de violencia, incluidos niñas, niños y adolescentes.

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