La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Una forma simple de medir la obesidad es el índice de masa corporal (IMC). Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos entre la talla en metros al cuadrado. En el caso de los adultos, una persona con un IMC igual o superior a 30 es considerada obesa y con un IMC igual o superior a 25 es considerada con sobrepeso. Por ejemplo, si usted mide 1,65 y pesa 82 kilos, su IMC es 30, lo que significa que está pasando del sobrepeso a la obesidad.
Actualmente el sobrepeso y la obesidad son considerados un importante problema de salud pública a nivel mundial. A pesar de las políticas específicas y los esfuerzos de tratamiento individual para combatir la epidemia de obesidad, la prevalencia mundial del sobrepeso y la obesidad se ha duplicado desde 1980 hasta el punto de que actualmente casi un tercio de la población mundial está ahora clasificada con sobrepeso u obesidad (unos 2 mil millones de personas en todo el mundo).
Las tasas de obesidad han aumentado en todas las edades y en ambos sexos, independientemente de la localidad geográfica, el origen étnico o el nivel socioeconómico; aunque la prevalencia de la obesidad es generalmente mayor en las personas mayores y en las mujeres. Hace más de 10 años publiqué en la revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría un trabajo a partir de un estudio en más de 750 niños de primero básico en la ciudad de Oruro, habiendo encontrado un 6% de obesidad y 24% de sobrepeso, dato alarmante porque lo que antes se consideraba problemas de países con ingresos altos, la obesidad y el sobrepeso ahora están en aumento en los países con ingresos bajos y medios, especialmente en las áreas urbanas, donde las poblaciones pobres se exponen a “comida chatarra” de baja calidad.
Por otro lado, los niños con sobrepeso y obesidad tienen mayor riesgo de convertirse en adultos obesos con todas las consecuencias para su salud. Un estudio en niños mostró que el consumo de alimentos ultraprocesados, es decir aquellas preparaciones industriales comestibles elaboradas a partir de sustancias derivadas de otros alimentos como son las bebidas azucaradas, precocinados, salchichas, galletas, lácteos azucarados, postres, dulces, cereales refinados, pizzas, nuggets, snacks, etc., incrementan el peso, el IMC y la cintura abdominal en la adolescencia y la adultez temprana, por lo cual son prioritarias acciones de salud pública más radicales y efectivas que reduzcan la exposición y el consumo de este tipo de alimentos.
La medición de la circunferencia abdominal se utiliza como indicador de riesgo y predictor de enfermedades cardiovasculares. En el caso de los adultos, en hombres no debe superar los 102 centímetros y en las mujeres los 88 centímetros (haga la prueba de medir su cintura abdominal y si es que excede los valores que señalé arriba, póngase en campaña para reducirla porque su riesgo de enfermedades cardiovasculares es alto).
La obesidad afecta negativamente a casi todas las funciones fisiológicas del cuerpo y se convierte en una importante amenaza para la salud pública. Aumenta el riesgo de desarrollar múltiples enfermedades, como diabetes mellitus, trastornos del sueño, enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, hipertensión arterial, accidentes vasculares cerebrales, etc.), varios tipos de cánceres, una variedad de trastornos musculoesqueléticos y mala salud mental (ansiedad, depresión), con profundos efectos negativos en la calidad de vida, la productividad laboral y los costes sanitarios.
Pero, ¿qué causa el sobrepeso y la obesidad?
Se considera que existen factores genéticos y ambientales, pero estos últimos son más importantes de ser considerados porque se pueden modificar (es decir, el estilo de vida y lo que uno come).
Si abordamos el origen ambiental, la causa fundamental es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas (es decir se consume mucho y se gasta poco). A nivel mundial ha ocurrido lo siguiente: primero, los hábitos alimentarios cambiaron y se ha optado por consumir más alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa (comida chatarra deliciosa, pero tremendamente dañina) y segundo, hay una reducción importante de la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria en las actividades vinculadas a la vida cotidiana y el trabajo (teletrabajo, redes sociales, celulares, etc.). Al final, debido a la pandemia las posibilidades de hacer ejercicio se han reducido de manera drástica.
A continuación, quiero referirme a algunas causas ambientales que originan sobrepeso y obesidad, sobre todo en niños y adolescentes:
Bebidas endulzadas con azúcar: En este grupo entran las gaseosas, jugos en cajas, leches edulcoradas en bolsitas e incluso los jugos de fruta con azúcar preparados en casa. La evidencia científica indica que son un factor importante para el desarrollo de obesidad.Se calcula que pueden aportar unas 270 kcal/día, que representa casi el 15% de la ingesta de calorías que requiere una persona. Estudios experimentales en niños demostraron que reducir este tipo de bebidas se asoció con menor aumento de peso y acumulación de grasa. Lamentablemente, incluso las escuelas públicas y privadas están inundadas de estas bebidas en los famosos kioscos escolares.
Televisión: Ver televisión es quizás la influencia ambiental más estudiada en el desarrollo de la obesidad durante la niñez. La cantidad de tiempo que se pasa viendo televisión o la presencia de un televisor en el dormitorio de un niño están directamente relacionados con la prevalencia de la obesidad en niños y adolescentes. La explicación se debe a la poca o ninguna actividad física durante esta actividad, acompañada muchas veces por el consumo de alimentos, según algunos estudios impulsado por los comerciales de alimentos y bebidas edulcoradas.
Videojuegos: El uso de este tipo juegos electrónicos cada vez más frecuente también se ha asociado con la obesidad durante la infancia. Podría estar ocasionado por un mayor consumo de bebidas azucaradas y horarios irregulares para acostarse. No hace mucho algunos juegos se diseñaron para aumentar la actividad física interactiva y se denominan “exergames” (ejemplo: Wii boxeo). Se realizaron estudios de estos sobre el gasto metabólico y hay resultados beneficiosos para reducir el peso e IMC después de 12 a 24 semanas.
Sueño: Se ha demostrado en niños y adultos que existe una vinculación entre la reducción de la duración del sueño o los horarios de sueño irregulares y la obesidad. Una explicación es que la gente que tiene menos horas de sueño en una especie de recompensa neuronal ingiere más alimentos y realiza menos ejercicio. Los estudios encontraron que las personas con periodos de sueño irregulares pueden tener alteraciones en la producción de leptina, una hormona que promueve la reducción de la ingesta energética por medio de la señal de saciedad en el cerebro (es decir el cerebro entiende que ya no es necesario recibir alimentos).
Medicamentos: Varios medicamentos pueden causar aumento de peso, incluidos algunos psicoactivos (particularmente olanzapina y risperidona ), medicamentos anticonvulsivantes (carbamazepina) y corticoides, sobre todo en tratamientos largos.
¿Cómo pueden prevenirse el sobrepeso y la obesidad?
Lo importante es que el sobrepeso y la obesidad son totalmente prevenibles porque la mayoría de las veces son originados por causas ambientales que pueden corregirse. Algunas intervenciones en las siguientes áreas son recomendables:
Hábitos dietéticos saludables: Fomente una dieta diversa con muchas frutas y verduras. Limite los alimentos con bajo valor nutricional como los ultraprocesados (embutidos, papas fritas, etc.). Elimine progresivamente de su hogar las gaseosas y jugos con azúcar que se consideran un “veneno” para conseguir un peso saludable. Los horarios de las comidas deben ser respetados (sin picar entre comidas) y que los momentos familiares de los almuerzos no se acompañen con televisión ni celulares.
Ejercicio: Promueva con su familia actividades físicas no estructuradas como juegos al aire libre, caminar en vez de usar transporte para ir al trabajo o a la escuela. Actualmente los celulares están provistos de podómetros o contadores de pasos. Un estudio recientemente publicado dice que por cada 1.000 pasos que se dan por encima de 2.700 pasos al día, la mortalidad es reducida en un 8% (idealmente se deberían dar 10.000 pasos al día).
La actividad física estructurada implica practicar deportes o asistir a un gimnasio. En niños escolares y adolescentes se recomienda una hora de ejercicio intenso cada día (jugar fútbol, hacer ciclismo, natación etc.)
Limitar las horas pantalla: Incluye el uso de televisión, videos o películas, juegos de video, Internet, tabletas, redes sociales y teléfonos inteligentes. El siguiente es un esquema sugerido por la Academia Americana de Pediatría:
- 0 – 2 años: Nada de pantallas
- 2 – 5 años: Entre media y una hora al día
- 7 – 12 años: Una hora con un adulto presente. Nunca en horas de comidas
- 12 – 15 años: Una hora y media. Mucho cuidado con las redes sociales
- + de 16 años: Dos horas. Los dormitorios no deben tener pantallas
Sueño adecuado: para una salud, un funcionamiento diurno y un desarrollo óptimos, se recomiendan los horarios de sueño de forma regular, de acuerdo a la edad:
Grupo de edad | Tiempo de sueño recomendado |
Bebés de 4 a 12 meses | 12 a 16 horas (incluidas las siestas) |
Niños pequeños de 1 a 2 años | 11 a 14 horas (incluidas las siestas) |
Niños de 3 a 5 años | 10 a 13 horas (incluidas las siestas) |
Niños de 6 a 12 años | 9 a 12 horas |
Adolescentes de 13 a 18 años | 8 a 10 horas |
Adultos | 6-8 horas |
Si quiere optar por medicación para reducir de peso es mejor que sea asesorado por un profesional endocrinólogo o internista. Jamás se automedique, porque puede traer complicaciones. Es importante tomar conciencia de una vida saludable y de los peligros que implican el sobrepeso y la obesidad. Cuando un miembro de la familia, sea niño o adulto, tiene problemas de sobrepeso debe recibir apoyo familiar para conseguir las metas de la dieta, el ejercicio y otras indicaciones.
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