Por Mónica Olmos, Guardiana (Bolivia)
Miércoles 21 de abril de 2021.- El filólogo y maestro español César Bona, elegido por el Global Teacher Prize como uno de los 50 mejores profesores del mundo (algo así como el premio nobel de los profesores), será uno de los conferencistas en el II Foro Internacional de Educación Superior–Virtual Educa "Desafíos de la educación en la era digital" que la universidad Unifranz y Virtual Educa han organizado para este 22 y 23 en el centro logístico desde donde se transmitirá para el mundo este encuentro que reunirá a expertos en educación y tecnología de hispanoamérica, autoridades de los gobiernos de Perú y Bolivia, de la Unesco para América Latina y de universidades.
A él le hicimos unas cuantas preguntas:
César, el 2015 publicaste el libro "La nueva educación", el 2016 "Las escuelas que cambian el mundo" y el 2018 "La emoción de aprender". ¿Cómo vinculas las reflexiones y conclusiones a las que llegas en esos libros con los cambios producidos en la educación a partir del fenómeno de la pandemia?
Justamente cuando llegó la pandemia estaba escribiendo un libro y me vi en la necesidad de parar y de escribir otro al que titulé "Humanizar la educación" y que viene muy bien porque la pandemia nos ha llegado de sorpresa y ha hecho tambalear los cimientos no solo en la educación, sino en lo familiar, social, laboral y económico. Paré y me dije: 'Vamos a ver qué está pasando en la educación. Si todo empieza en la educación, cómo es posible que preguntemos sobre política, medicina, microbiología, antropología, virología y geopolítica'. Era muy curioso que en educación esto no estuviera pasando y esa es una de las grandes preguntas: Si todo empieza en la educación, no podemos esperar cerrar los ojos y apretar los puños, y desear que todo esto pase para volver a lo que había antes. La vida nos está dando la oportunidad para repensar qué herramientas tenemos y qué necesitamos. Hay otras herramientas además de la tecnología que debemos recuperar.
Sí, es cierto porque cuando se habla de educación se cree que todo está en la escuela o en la familia, pero la educación incumbe a todos, incluso a las elites políticas, y si queremos educar en el diálogo, por ejemplo, ha de educarse en las escuelas desde arriba.
¿Cuán exitoso puede llegar a ser un proceso de transformación digital considerando que las universidades en América Latina, en su mayoría, se han gestionado siempre desde y para un modelo presencial? ¿Es posible derribar paradigmas incrustados en la manera de gestionar la universidad de tal forma de hacer más fácil la transformación digital?
En educación prácticamente cualquier cambio se encuentra con esa reticencia al cambio. El paso que puedan dar las universidades es absolutamente esencial porque puede servir para abrir las puertas para que todos los ámbitos educativos den el mismo paso: por eso es tan importante que las universidades lo hagan porque forman formadores, educadores de educadores. Pero también es importante darnos cuenta de que entre todos debemos pedir que la infraestructura esté muy bien preparada para alternar la presencialidad con la virtualidad y que el paso sea lo más natural posible. Doy un ejemplo muy simple: antes de la pandemia, el (teléfono) móvil estaba casi demonizado en educación, pero por arte de la pandemia, de repente, (el teléfono móvil) parecía que nos solucionaba la vida, y si la tecnología está en la vida, también debe estar en la educación.
Es fundamental que luchemos contra esa resistencia al cambio; si queremos preparar chicas y chicos para el cambio, nosotros somos los primeros que debemos estar preparados para ese cambio. Es una cuestión de actitud.
¿Cómo vislumbra en la pospandemia, la universidad presencial? ¿Será una universidad con las mismas características de antes de la pandemia? ¿O qué cambios/incorporaciones deberá haber hecho? ¿Qué escenarios pueden entenderse como ideales?
Hablamos de escenarios ideales, pero no olvidemos algo: si hablamos de universidad hablamos de las personas que la conforman, igual que si hablamos de escuela, hablamos de personas. Es muy importante tener una mentalidad fresca para ver qué cambios debemos adoptar y esto depende de nosotros, ese conglomerado de personas ha de pensar desde su perspectiva. El conseguir que la educación evolucione depende de cada uno de nosotros, y así, uno a uno es cómo formamos los ámbitos a los que nos referimos, en este caso la universidad.
¿Es técnicamente posible pretender una universidad latinoamericana que gestione un modelo académico híbrido y si lo es, qué incidencias se debe considerar?
El modelo híbrido ahora mismo es necesario, es imprescindible, pero no podemos obviar la humanización. El fin de la tecnología debe ser el mismo que el fin de la educación, y el fin de la educación es darnos las herramientas para que nos relacionemos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo en el que vivimos, el fin de la tecnología debe ser el mismo.
En procura de humanizar la educación, nos hemos dado cuenta de que las innovaciones –como portadoras de grandes transformaciones– no se pueden lograr de manera aislada y que, más bien en ese cometido confluyen actores que logran sinergias, ¿cuáles crees tú que son esos actores estratégicos?
Sí, es cierto porque cuando se habla de educación se cree que todo está en la escuela o en la familia, pero la educación incumbe a todos, incluso a las élites políticas, y si queremos educar en el diálogo, por ejemplo, ha de educarse en las escuelas desde arriba. Al menos en España se pone como ejemplo Finlandia y sus éxitos en términos de educación, y este es un ejemplo para entender que la sociedad debe estar preparada para esos cambios. La sugerencia es intentar hacerlo en la escuela más cercana a ti. Es fundamental que luchemos contra esa resistencia al cambio; si queremos preparar chicas y chicos para el cambio, nosotros somos los primeros que debemos estar preparados para ese cambio. Es una cuestión de actitud.
¿Qué expectativas te está generando el II Foro Internacional de Virtual Educa organizado desde el corazón de Sudamérica en colaboración con Unifranz?
Es tremendamente enriquecedor y será un lujo participar de este evento. Vamos a escuchar y compartir. Es algo que nos va a enriquecer a todos y después de esto saldremos con más ganas de hacer las cosas.
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