Por Guardiana (Bolivia)
Miércoles 21 de septiembre de 2021.- Han pasado 46 años del día en que hizo el primer trasplante de riñón en la Clínica San Pedro de Cochabamba, pero aún lo recuerda a pesar de las trampas que le pone hoy la memoria al cirujano urólogo Orlando Canedo Saavedra. Fue el primero en llevar adelante ese procedimiento en 1976 en Cochabamba junto con un equipo de médicos y asistentes, y el segundo en Bolivia.
Un médico particular y especial. Jugó en el equipo Aurora en su juventud, luego fue médico de Wilstermann y tuvo siete hijas mujeres. Ahora a sus 83 años, mira hacia atrás y recuerda que es uno de 12 hijos. Los enumera, repite que Lucio, uno de sus hermanos, murió en la Guerra del Chaco y que tuvo dos hermanos gemelos. Al ser el menor, tuvo que ver partir uno a uno de ellos con el tiempo, los últimos no hace mucho. Pero acostumbrado como está a las familias grandes, descendencia no le falta porque tiene siete hijas.
Cuando su hija mayor nacía en 1964, él egresaba de Medicina en la Universidad Mayor de San Simón (UMSS). Luego hizo su año de provincia en Tiraque hasta que finalmente levantó vuelo con su familia hacia Cali (Colombia), donde se quedaría tres años para hacer su especialidad. Regresó a Cochabamba como cirujano urólogo.
Ya en Cochabamba de regreso, llevó a cabo en 1976 el primer trasplante de riñón junto a un equipo integrado por varios médicos, entre ellos los cirujanos Greby Medina, Remberto García, César Soria, Jaime Montaño y los anestesistas Felipe Arce y Julio Rodríguez. Fue en la Clínica San Pedro. Desde entonces hasta el momento de su jubilación al cumplir los 60 años, muchos pacientes pasaron por sus manos en los diferentes centros médicos en los que trabajó.
Canedo trabajó en el Hospital Viedma como urólogo, llegando a ocupar los cargos de Director y también Jefe del Departamento de Cirugía.
También desempeñó labores en el Seguro Universitario tanto como médico como Jefe Médico y trabajó en otros sitios como la Clínica San Pedro, de la que fue socio y Director. Esto sin olvidar al Hospital Elizabeth Seton en el que fue médico como también Cordes, entre otros.
Y fue Presidente tanto a nivel departamental como nacional de la Sociedad de Urología y Presidente de la Fundación pro Hospital Viedma e integrante de la Unidad Gestora que consiguió construir el nuevo hospital.
Esta semana para Canedo será de reconocimientos. El primero fue martes 20 de septiembre en que recibió el Esculapio de Plata en la ciudad de La Paz por los aportes durante su trayectoria profesional por parte del Colegio Médico de Bolivia como parte de la entrega de los Premios Esculapio 2022 (tercera versión), en el Centro de Eventos y Convenciones del Colegio Médico Departamental de La Paz.
En los Premios Esculapio se suele reconocer la labor de los profesionales en salud que luchan incansablemente por el bienestar de la población. Este año fue entregado a 108 médicos en una ceremonia que incluyó algunas novedades en relación al año pasado.
El segundo reconocimiento como docente es iniciativa del Honorable Consejo de la Facultad de Medicina de la Universidad Mayor de San Simón y se hará efectivo el viernes 23 de septiembre, cuando se reconocerá a Canedo “por su infatigable y excelente labor desempeñada y su invalorable contribución a la formación de profesionales médicos”. Será en el Aula Magna a las 11:00, en Cochabamba.
Ambos reconocimientos se suman a una decena que Canedo recibió en los últimos años, uno de los últimos se produjo el año pasado cuando el Colegio Médico de Cochabamba lo nombró como “Pionero en el Trasplante de Órganos Colegio Médico Cbba 2021”. Y el mismo año la Sociedad Boliviana de Urología le otorgó la Medalla Dr. Humberto Villavicencio.
“Un buen médico es el que comparte con el paciente sus dolores; es el que se documenta; el que asiste a su paciente en cualquier circunstancia; el que resuelve situaciones sin pensar en el dinero. Actualmente, no faltan los médicos que dicen: ‘Esto cuesta tanto, si tiene, bien, sino, ni modo’”.
ORLANDO CANEDO, CIRUJANO URÓLOGO
MÁS DE 30 AÑOS EN LA DOCENCIA
Su labor como docente fue igual de importante, a la que le dedicó más de 30 años de su vida en la Facultad de Medicina de la UMSS. Por ello, a él se le preguntó qué es lo que diferencia a un buen médico del que no lo es: “Un buen médico es el que comparte con el paciente sus dolores; es el que se documenta; el que asiste a su paciente en cualquier circunstancia; el que resuelve situaciones sin pensar en el dinero. Actualmente, no faltan los médicos que dicen: ‘Esto cuesta tanto, si tiene, bien, sino, ni modo’”.
Su mensaje a las y los jóvenes que estudian Medicina es: “Que primero piensen en la vida del paciente y después arreglen los problemas económicos de acuerdo a las posibilidades del paciente. Algunas veces cobrarán, otras veces cobrarán muy bien, pero nunca antepongan el dinero para hacer un tratamiento. Hemos tenido pacientes a los que les hemos pagado el hospital”.
PRODUCCIÓN BIBLIOGRÁFICA
En la bibliografía producida por el médico Orlando Canedo destaca un libro: “La Historia de la Fiebre Hemorrágica en Bolivia” (publicado por Editorial Los Amigos del Libro en 2001). En el libro narra cómo la fiebre hemorrágica afectó a la población de San Joaquín (Beni) en 1958 y luego cómo se produjo un brote intrahospitalario de ese mal en el Hospital Elizabeth Seton de Cochabamba en 1971. Se trata de un importante aporte para la historia de una enfermedad que sigue presentándose cada cierto tiempo en algunas zonas de Bolivia y en la que a nivel de cura no se ha avanzado mucho en Bolivia a pesar del tiempo transcurrido desde 1958 en que por primera vez se presentó tal mal en el país.
En dicho libro Canedo incluyó, además, el testimonio del médico de San Joaquín, Carlos Rioja (más conocido como “Calucha”), quien narra cómo familias enteras murieron como moscas, mientras el Gobierno politizaba y ocultaba la situación en esa localidad, mientras en 1971 el Hospital Elizabeth Seton de Cochabamba vivió situación similar al llegar a dicho centro médico una persona enferma con fiebre hemorrágica, lo que dio lugar a otras muertes más y una cuarentena de la que formó parte el médico Orlando Canedo.
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