Fundación Construir para Guardiana (Bolivia)
Jueves 29 de abril de 2021.- Tras casi 17 años en prisión, es posible que Mav (por las iniciales de su nombre) pueda acceder a la libertad condicional, la decisión estará en tratamiento del Juzgado 1° de Instrucción Penal de Chuquisaca en una audiencia que se realizará este jueves 29 de abril.
Por casi 17 años, los muros del centro carcelario de San Roque en la ciudad de Sucre han acompañado a Mav, quien fue separada de su hija de nueve años de edad, para cumplir una condena en prisión, tras disparar en defensa personal contra su expareja, un hombre que constantemente la agredía física, verbal y psicológicamente, al punto de generarle fracturas en los huesos.
Con la mirada perdida, Mav sueña despierta con recuperar su libertad y comenta que lo primero que hará al salir de la cárcel es remojar sus pies en el río Cachimayo y dedicar todo el tiempo posible a cuidar de su pequeña nieta que tiene pocas semanas de nacida, considerando que las circunstancias de su encierro le privaron de la posibilidad de ver crecer a su hija (ahora madre de la bebé) y cuidar de ella, que tiene un grado avanzado de discapacidad visual.
La historia de Mav es la de muchas mujeres tras las rejas en Bolivia, quienes a causa de asumir la defensa de su vida e integridad y pese a tener un historial de violencia sistemática, han sido condenadas o procesadas por delitos como asesinato, homicidio por emoción violenta, sin reconocer su derecho a la “legítima defensa” establecido en el artículo 11 del Código Penal que dispone que las personas que actúen en defensa de un derecho propio o ajeno, quedarán exentas de responsabilidad penal, siempre que hubiere necesidad racional (de defensa) y no exista desproporción en el medio empleado. Esta es la situación de Mav.
Ocurrió en 2004
El año 2004, con el fin de proteger su vida y la de su hija y en medio de una agresión de la cual era víctima, Mav disparó contra su expareja, utilizando el arma de su agresor, quien era guardia de seguridad.
Pese a que el Ministerio Público pedía una sanción equiparable a “homicidio por emoción violenta” que tiene una pena de hasta ocho años, el Tribunal que conoció su causa la sentenció por el delito de asesinato, que tiene una pena de treinta años de cárcel, la máxima reconocida en el ordenamiento boliviano.
Ahora, gracias a una modificación al ordenamiento penal introducida por la Ley N° 1173, ella puede acceder a la libertad condicional tras haber cumplido en prisión más de la mitad de su condena y contar con certificados que acreditan buena conducta.
LA SEGUNDA SOLICITUD
Esta sería la segunda vez que Mav, a través de sus abogadas representantes de organizaciones de la sociedad civil, solicita acogerse a este beneficio, pues en 2020, el Tribunal de Sentencia le negó la petición argumentando que no tenía un certificado oficial que acredite la discapacidad visual de su hija.
Considerando que el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) no cuenta con un oftalmólogo, las abogadas del caso, en coordinación con organizaciones de la sociedad civil que promueven los derechos de las mujeres, han acudido al Instituto Boliviano de la Ceguera para obtener el documento oficial solicitado por el Tribunal de Sentencia en la primera oportunidad, por lo que se tiene mucha expectativa de lograr un fallo favorable en la audiencia.
En esta nueva ocasión, el Tribunal 1° de Sentencia en lo Penal de Chuquisaca tiene la potestad de conceder a Mav una segunda oportunidad de vida y tratar de revertir en algo el impacto y vulneración generada por la sentencia que la envió a prisión.
Representantes de la sociedad civil que patrocinan el caso manifestaron su confianza en que la decisión de la jueza Vidalia Morales, que conocerá el requerimiento de libertad condicional, obre conforme a derecho y conceda este beneficio a Mav este jueves, razón por la cual se preparan para acompañarla a la salida de la cárcel de San Roque hasta el momento en que pueda estar con su hija.
Tal vez muy pronto Mav pueda remojar sus pies en el río Cachimayo.
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