Texto y video de Carlos Tellería e infografía de Ramiro Moncada para Guardiana (Bolivia)
Martes 17 de octubre de 2023.- Los Diablos Negros tienen un arsenal de 1.400 cartuchos de yoduro de plata que será usado desde un Hércules de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), para estimular nubes y lograr lluvias artificiales en lugares en los que por su topografía se pueda almacenar agua para mitigar los efectos de la sequía. El valle alto de Cochabamba, uno de los lugares afectados, ya fue elegido como el área para una prueba piloto.
Bolivia está soportando una fuerte sequía después de seis años como efecto del fenómeno de El Niño. El viceministro de Medioambiente, Magin Herrera, informó que 151 municipios se declararon en estado de emergencia por la sequía. El Ministerio de Medioambiente y Agua aún se encuentra cuantificando el daño.
Los Diablos Negros serán los encargados de generar la lluvia artificial. Es un grupo aéreo de la FAB que se dedica a la lucha contra el narcotráfico. Están equipados con aviones y helicópteros que realizan operaciones de interdicción, reconocimiento y transporte en el territorio nacional.
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, anunció a principios de octubre que serían utilizados unos 340 cartuchos por día. Eso significaría que los 1.400 cartuchos servirían para unos cuatro días de operaciones. No descartó la posibilidad de aplicar esta técnica en otros departamentos, además de Cochabamba.
Con anticipación se había fijado este 15 de octubre como fecha de inicio del operativo, pero las condiciones climatológicas no eran las recomendables para hacerlo. Por eso se decidió postergar la prueba por unos días hasta que los pronósticos muestren un mejor panorama.
¿Qué se necesita para generar lluvia artificial?
Además de contar con los cartuchos de yoduro de plata y pilotos entrenados para este tipo de tareas, se necesita que las nubes cumulonimbus o las nimboestratos sean estimuladas. ¿Tú sabes que es una nube cumulonimbus?
Un conjunto de este tipo de nubes será necesario para efectuar el proceso de estimulación de nubes que ocurrirá cuando el Hércules pase por encima y vaya sembrando el yoduro de plata. Será suficiente que midan unos siete kilómetros; aunque por la turbulencia de este tipo de lugares, tendrán que ser pilotos expertos los que por allá circulen con el avión.
El director regional del Senamhi, Erick Sosa, explicó que este procedimiento servirá sólo para mitigar la sequía. Hace unos días, él había anticipado que hasta noviembre permanecerá el déficit de precipitaciones en Cochabamba, aunque dijo que se prevé que en diciembre, enero y febrero habrá lluvias intensas y aconsejó tomar recaudos para almacenar agua.
El responsable del Centro de Monitoreo Climático del Departamento de Física de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Marko Andrade Uzieda, explicó que la nube –que a simple vista se ve de color gris– debiera tener una temperatura inferior a los cero grados centígrados. Pero este factor no es posible medirlo desde tierra ni con ayuda de satélite, y sólo habrá certeza en el momento en el que el avión esté en el lugar, encima de la nube, después de haber atravesado las áreas de turbulencia que generalmente son evitadas por aeronaves comerciales.
Para las tareas de este 2023, será utilizada la misma aeronave que fue adaptada para las operaciones realizadas en La Paz entre diciembre de 2016 y enero de 2017, cuando Bolivia vivió la última visita del fenómeno de El Niño que causa calentamiento en las aguas del Pacífico, dando lugar a fuertes lluvias en lugares costeros y sequía en otros.
También habrá que tomar en cuenta –según Andrade– a los vientos y la dirección que vayan a tomar después de la estimulación porque pueden trasladar a las nubes hacia otra zona donde no debiera producirse la precipitación.
Explicó que en esta ocasión se va a realizar un testeo para obtener datos más precisos sobre el operativo. Las estaciones meteorológicas de la UMSS y el Senamhi, y los modelos numéricos ayudarán a saber cuánta lluvia realmente puede ser atribuida a la estimulación. Por ejemplo, si se pronostica la caída de 10.000 litros de agua, pero cayeron 12.500, esa diferencia de 2.500 litros será atribuida al yoduro de plata.
¿Cómo actúa el yoduro de plata?
El yoduro de plata es una sustancia química que se utiliza para provocar precipitaciones, especialmente en zonas afectadas por la sequía o el granizo. El yoduro de plata actúa como un núcleo de condensación al que se pueden adherir las moléculas de agua presentes en las nubes. De esta forma, se forman gotas de lluvia más grandes y pesadas que caen a la superficie terrestre.
Para hacer llegar el yoduro de plata a las nubes, se pueden utilizar aviones, cohetes o drones que lo dispersan en forma de bengalas o descargas eléctricas. Algunos países que han experimentado con la lluvia artificial son China y los Emiratos Árabes Unidos, donde incluso alimentan nubes.
Marko Andrade explicó en el siguiente video a Guardiana partes del operativo y puso énfasis en que las lluvias se producen de forma natural y lo que hace el yoduro de plata es aumentar la eficiencia del proceso.
Áreas elegidas para generar lluvia artificial en 2023
Los expertos de la UMSS trabajan en coordinación con la Gobernación de Cochabamba, el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, el Viceministerio de Defensa Civil y el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).
Las zonas inicialmente elegidas en Cochabamba para la prueba piloto de estimulación de nubes están distribuidas en los municipios de Tarata, Anzaldo y Sacabamba, ubicados en el área de la subcuenca Sulty, que tiene una extensión de 2.038 kilómetros cuadrados. En esa subcuenca hay embalses, como el de Tijraska en Anzaldo, y también se encuentra la represa de La Angostura.
Esta información fue confirmada a Guardiana por el director de Recursos Hídricos y Riego de la Gobernación, Ronald Equilea Ledezma, quien aconsejó esperar las decisiones finales que se asuman sobre la base de las recomendaciones técnicas.
Experiencia de 2016 y 2017
Los 1.400 cartuchos de yoduro de plata son de procedencia rusa, disponibles para este 2023, son un saldo del material utilizado en las operaciones realizadas entre el 15 de diciembre de 2016 y el 17 de enero de 2017 en La Paz, en momentos críticos de fuerte sequía que afectaba a la sede de Gobierno.
Se procedió a la estimulación de nubes en un sector de la Cordillera Central, entre la Cumbre y el cerro Huayna Potosí para alimentar los embalses Tuni, Hampaturi, Milluni, Incachaca y Ajuankota.
Según el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, en aquella oportunidad la represa de Tuni incrementó su caudal en un 12,25%; Milluni en 17,67%; Incachaca en 36,86%; Hampaturi en 46,26%; y Ajuankhota en 66,59%.
Aquella vez hubo 23 vuelos, fueron sembradas 203 nubes y fueron utilizados 4.600 cartuchos, recordó el diario La Razón. El costo de las operaciones fue de medio millón de dólares y se contó con la colaboración de Venezuela. El dinero fue gastado en combustible, cartuchos de yoduro de plata, asistencia técnica y hospedaje de los asesores técnicos
En enero de 2017, el entonces ministro de Defensa, Reymi Ferreira, informó que cada cartucho o bala de yoduro de plata tenía un costo de 12 a 15 euros.
El creador de la técnica
El químico estadounidense Vincent Joseph Schaefer (1906-1993) es considerado el creador de la estimulación o siembra de nubes y trabajó con el apoyo del científico Bernard Volnnegut (1914-1997). Esta técnica fue probada inicialmente en un laboratorio de la compañía General Electric, en 1946.
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