0

Por Joan Villanueva y foto de portada de João Queiroz (Bolivia)

Los afrofuturismos y futurismos indígenas han llegado para quedarse. Ya no se imagina el fin del mundo, sino opciones a éste. De este modo, Latinoamérica vive una nueva ola de arte de ciencia ficción, en la que destacan obras en las que los futuros alternativos son imaginados desde el arte, desde las culturas afro y desde las culturas originarias.

Afrofuturismo brasilero

Los afrofuturismos, más que una estética, son un movimiento cultural que incluye obras musicales, de arte, de teatro, especulación política y estudios académicos. La característica principal de estas corrientes estéticas es, según Afroféminas, su capacidad de imaginar comunidades afrodescendientes que lideran la exploración espacial, la tecnología de vanguardia y la construcción de sociedades utópicas.

Ilustración afrofuturista de Douglas Lopes, ilustrador ganador de Brasil Design Award (Crédito: Forbes Brasil).

Los afrofuturismos muestran una visión alternativa a la historia o la ficción tradicional, explica el medio Culture Bay. Gracias a “Pantera negra” (Black Panther), película de Marvel Cómics, el afrofuturismo estadounidense se hizo conocer en la cultura popular.

La película brasilera “Marte Um” (Marte Uno) de Gabriel Martins es considerada afrofuturista, según el medio Culture Bay. El filme cuenta la historia de Deivinho, un adolescente que aspira a ser astrofísico y cuyo sueño es ir en una misión a Marte. La película está ambientada en una gran ciudad brasilera que vive turbulentos momentos debido al ascenso de un líder de derecha extrema. La película se estrenó en el festival de Sundance en 2022.

Portada de la película brasilera “Marte Um” (fuente: película Affinity).
Afrofuturismo caribeño

El afrofuturismo caribeño es un movimiento que imagina un futuro caribeño alternativo. Esta estética busca unir la responsabilidad planetaria, la comunitaria y la vida sustentable, según la investigadora Schuyler Esprit del Instituto de Investigaciones de la Dominica State College.

Fotograma del video “La hora de volvé” de Rita Indiana.

Rita Indiana es una cantante y escritora dominicana representante de esta estética. Ella compuso “La hora de volvé’”, una original mezcla de merengue y música electrónica. Una de sus últimas novelas, “La mucama de Omicunlé”, es un paradigma de la ciencia ficción decolonial y queer (LGBTIQA+) caribeña, según el crítico literario Christian Sabbagh. La novela tiene lugar en cuatro momentos: en el año 2027, en 2001, en 1991 y en el siglo XVII. Quien protagoniza la novela es Alcilde, una persona no binaria que primero se dedica a la prostitución y luego, por azares de la vida, trabaja como mucama.

Otro hito del afrofuturismo caribeño es la antología “Prietopunk” seleccionada por Aníbal Hernández Medina. Esta antología muestra cómo se concibe el afrofuturismo en el Caribe, desde el punto de vista de diferentes autores. Algunos de los temas que tocan los relatos de esta antología son: las fronteras entre lo humano y lo maquinal, inteligencia artificial y la imposibilidad de controlar la naturaleza.

Portada de la antología “Prietopunk: Antología de afrofuturismo caribeño”.
Futurismo mexica y maya

El futurismo no es nuevo en México, ya que el mural “El hombre controlador del universo” de 1934 de Diego Rivera ya mostraba influencias del futurismo ruso del siglo pasado.

“El hombre controlador del universo” de Diego Rivera (fuente: Cultura Genial).

No obstante, Racrufi, Raúl Cruz, es un ilustrador que retrata lo mexica y lo maya en un futuro apocalíptico. En sus dibujos, la piedra es suplantada por acero. Entre la fantasía y la ciencia ficción, según Neomexicanismos, Racrufi muestra cómo los mayas y los mexicas regresan de un futuro lejano a recuperar lo perdido por su pueblo: templos, monumentos y momias.

Obra hecha por Racufi (fuente: Under the Fall).
Futurismo amazónico

El futurismo amazónico es propio de la Amazonía (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Guyana, Surinam y Venezuela), pero sus mayores exponentes están en Brasil e incluso en Portugal. Los ejemplos del futurismo amazónico van desde la música hasta la ilustración.

João Queiroz es un ilustrador portugués nacionalizado brasilero cuyo trabajo se centra en el amazofuturismo o futurismo amazónico. En su trabajo, él dice que imagina “nuevos futuros” y se considera “racialmente indígena, étnicamente a la deriva”, según su propio perfil de Instagram. El ilustrador imagina el futuro a partir de distintas culturas de Brasil, como los kayapós, los tukanos, los barés y los guaraníes, según la Galería Miguel Nabinho.

Los futuros imaginados en este futurismo se encuentran en el corazón de la selva amazónica y están muy vinculados a una tecnología que respeta tanto la vida vegetal como la animal.

El amazofuturismo de João Queiroz (fuente: sitio web de João Queiroz).
Futurismo andino peruano

El futurismo andino pertenece a la región de los Andes (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina). Sin embargo, “El manifiesto futurista andino” fue escrito en Perú por Alan Poma.

La “Caravana espacial andina” es un videoarte presentado para la exposición “Thukhu”, en la Bienal de Arte de Cusco. El proyecto de Alan Poma propone una reapropiación del futuro desde la cultura quechua y crea así universos alternativos desde la estética andina, según su manifiesto.

“Caravana espacial andina” de Alam Poma (fuente: Bienal de Arte de Cusco).

Pero el futurismo también tiene propuestas en el arte textil. Cindy Ramírez es una artista visual que explora el mundo textil prehispánico a través de las nuevas tecnologías, según el medio especializado Latex Magazine. La artista entiende los textiles indígenas como “un contenedor de información como se entendía hace mucho tiempo”. Por eso, ella también recurre a lenguajes expandidos, no sólo como el qipu (nudos utilizados para la contabilidad en las antiguas culturas andinas), sino también como los actuales códigos QR.

Trabajo textil de la artista visual peruana Cindy Ramírez (fuente: LATEX Magazine).
Futurismo andino ecuatoriano

El futurismo andino ecuatoriano pertenece específicamente a la zona del Ecuador. En esta región, una de las últimas novedades en la literatura es la novela “Chamanes eléctricos en la fiesta del sol” de Mónica Ojeda, publicada este año por la editorial Penguin Random House.

Portada de Chamanes eléctricos en la fiesta del sol de Mónica Ojeda (fuente: Penguin Random House).

La mayor parte de la novela está ambientada en la celebración de la fiesta del sol andina o Inti Raymi, en conmemoración al nuevo año andino. En el futuro cercano, Noa y Nicole, dos adolescentes, deciden escapar de casa e ir al festival Ruido Solar para conocer al grupo musical Los chamanes eléctricos. Pero en el festival, Noa es sobrepasada por el efecto de las drogas psicodélicas, lo que será narrado desde distintos puntos de vista.

Futurismo aymara boliviano

Desde la arquitectura futurista de los cholets hasta la literatura, el futurismo aymara está presente en Bolivia. Una de sus primeras representantes es la novela “De cuando en cuando Saturnina” de Alison Spedding. Hoy, la novela gráfica Altopía de Alejandro Barrientos y Joaquín Cuevas también es considerada parte del futurismo aymara y puede ser leída en línea en el sitio web Gokongo; aunque también cuenta con una edición impresa.

El futurismo aymara de Altopía cuenta la historia de Abel Plata, un mecánico que trabaja en la industria robótica china Mǎyǐ. En la novela gráfica, se ve el futuro del Nuevo Kollasuyo (en la ciudad de El Alto), con sus cholets, sus comerciantes, sus qamiris (aymaras millonarios) e importadores de China. Según uno de los autores, Barrientos, el nombre de “Altopía” viene de las palabras “alter” y “topos” y significa lugares alternos. Además, dice Cuevas en el conversatorio “Futurismos aymaras” del Laboratorio de Estudios Ontológicos y Multiespecie de la Universidad Mayor de San Andrés, el futurismo aymara tecnológico opulento, como lo son los prestes.

Dos personajes y un cholet de fondo en “Altopía” de Alejandro Barrientos y Joaquín Cuevas. Fuente: página de Facebook

Abróchate el cinturón: Las turbulencias son hoy mayores y aumentarán más por la crisis climática

Noticia Anterior

El modelo User Needs 2.0 permite saber qué espera la gente de los medios de información

Siguiente Noticia

Comentarios

Deja un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *