Por Margarita Palacios de La Nube, foto principal de Tomás Calahuma/ Armonía
Jueves 2 de febrero de 2023.- El Parque Nacional Toro Toro no solo cuenta con innumerables huellas de dinosaurios, petroglifos, cuevas, cañones y cascadas, sino que también es el lugar perfecto para hacer avistamiento de aves. En la cuenca del río Caine es posible observar a las parabas frente roja que solo se encuentran en Bolivia. Al ser una especie en peligro crítico de extinción, que está siendo afectada por el cambio climático y la deforestación, la Asociación Armonía impulsa el aviturismo en esta región para promover su conservación.
Antes, su estado de vulnerabilidad se debía al tráfico internacional y a pesar de que esa práctica aún no ha cesado, ha disminuido considerablemente. Ahora el problema es mucho más complejo. La deforestación y la sequía están dejando sin hábitat a estas aves que migran a sembradíos de agricultores y afectan su producción de maíz y maní. Ante esta situación, los agricultores locales matan o atrapan a las parabas para venderlas de manera ilegal y así recuperar sus pérdidas económicas, explica Tjalle Boorsma, director de Programas de Conservación para la Asociación Armonía.
Ante ello, una de las alternativas es el ecoturismo comunitario que ha demostrado ser una estrategia de conservación exitosa. Según Marcelo Arze, experto en turismo sostenible, un extranjero que hace aviturismo gasta en promedio 380 dólares al día, mientras que un turista gasta 80 dólares. Esos ingresos van directamente a los comunarios y les representa una diversificación de su economía.
“Lo que hacemos es cambiar la percepción de las personas de la zona, mostrándoles que hay otras formas de ingresos económicos, en vez de atrapar pichones y venderlos”, dice Boorsma quien está a cargo del proyecto “Reduciendo la pobreza para evitar el tráfico ilícito de la Paraba Frente Roja en la Región del Río Caine”. Esta actividad es financiada por el Fondo para el desafío del tráfico ilegal del Reino Unido (IWT por sus siglas en inglés) y ejecutado en las comunidades de Toro Toro y Anzaldo.
La fundación Armonía tiene más de 15 años en el trabajo de conservación de la paraba frente roja. Una de las experiencias exitosas fue la apertura de un albergue de la Reserva Frente Roja, ubicada al sur de Cochabamba donde los comunarios de San Carlos, Perereta y Amaya son los administradores. Un espacio que cuesta 150 dólares por persona cada noche, monto que se dividen entre ellos y se aporta a la sostenibilidad del lugar.
La recuperación del turismo es una esperanza para los comunarios. Antes de la pandemia, cuenta Boorsma, estaban muy ilusionados por los resultados. Según el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) el volumen de turistas que visitaron las áreas protegidas de Bolivia se ha duplicado entre el 2012 y el 2018.
Ruth Suxo, responsable del Programa Paisaje Madidi del Sernap, destaca que existe un incremento de turistas nacionales en las 22 áreas protegidas que tiene Bolivia. Comenta que desde enero a agosto de 2022 el parque Toro Toro recibió 12 871 turistas, seguido de la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa, con 4.229 y el Parque Nacional Tunari, con 1.120 personas, en todos los casos de nacionalidad boliviana.
Toro Toro, el parque de los dinosaurios
El Parque Nacional Toro Toro es uno de los referentes en turismo comunitario de Bolivia ya que cuenta con una asociación de guías turísticos comunales que trabajan en coordinación con los guardaparques. Se trata de una oportunidad que genera mejores posibilidades de vida a los pobladores.
“Hay un elemento comunitario local clave. Si bien hay un proceso comunitario que es interesante, como las cabañas de Umajalanta, la asociación de guías locales, que genera un beneficio a la comunidad es muy interesante porque muestra un beneficio local que es superior al beneficio que pueden generar las operadoras que llevan a los turistas de Cochabamba. Hay una democratización del beneficio. Ese un proceso bueno y saludable”, complementa Arze.
Uno de los lugares imperdibles, según los comunarios, son las pozas de El Vergel. El equipo periodístico de La Nube visitó el lugar con los guardaparques Beatriz Quispe y Andrés Arellano. La caminata empezó con la visita al cerro Huayllas donde están las famosas huellas de dinosaurios. Los rastros que dejaron estampados los saurópodos, terópodos, ornitópodos y ankilosaurios hacen del lugar un museo a cielo abierto.
Luego de 3.5 kilómetros de ruta a pie se encuentra el “Gran Cañón”. Se trata de un mirador que tiene una vista espectacular, adjetivo que queda corto para retratar la realidad, e incluso a lo que muestran las fotos y videos. Dependiendo el horario, las parabas de frente roja se dejan ver anidando en las paredes del inmenso cañadón. Una vez en el lugar, mujeres de una de las 12 comunidades que tiene el Parque, ofrecen refresco de beno beno, una planta del lugar. Una tutuma es el recipiente ideal para compartir ese líquido. Si la suerte acompaña al visitante también ofrecen charque con chicha de maní.
Las personas con buena resistencia pueden continuar el trayecto hacia la cascada El Vergel, un camino con muchas gradas que descienden a unos 250 metros de profundidad. Llegar a las pozas cristalinas y sumergirse en ellas es lo más recomendable, dicen los lugareños. Nadar rodeado de toda la naturaleza que te ofrece el lugar y trepar el cerro entre cascadas para saltar hacia el agua es reconectar con nuestra infancia o también es como sentirse parte de una escena de Avatar.
Mientras nadamos, Beatriz y Andrés registran aves en las aplicaciones eBird y Merlin Bird ID. Quieren que el mundo sepa que este lugar cuenta con una gran riqueza de especies. Gracias a registros de apasionados como ellos, Bolivia obtuvo el quinto puesto en el October Big Day (competencia mundial para observar aves) con 814 especies de aves registradas.
Retornar al pueblo por las gradas interminables es todo un reto. Agotados por el sol y el ejercicio físico nos topamos con una cabaña en la que venden refrescos. Ahí unas comunarias le piden a Beatriz, en aymara, que ofrezca a la venta frazadas o “pullus” coloridos y un poncho negro con el rojo típico del sector.
Cumbre de Ecoturismo articula alianzas
Esta caminata fue una de las actividades de la Cumbre Nacional de Ecoturismo en áreas Protegidas que se realizó el 6 y 7 de octubre de 2022 en el municipio de Toro Toro. Hubo casi 200 asistentes de distintos lugares de Bolivia y se trabajó en mesas especializadas en aspectos económicos, ambientales y sociales. Los participantes destacaron un incremento de turistas nacionales en las 22 áreas protegidas que tiene Bolivia.
La cumbre, que tuvo más de cuatro meses de organización, se realizó gracias a la iniciativa del Parque Nacional Toro Toro y la articulación entre el Movimiento de Integración Gastronómico Alimentario Boliviano (MIGA), Ceci – Canadá y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP). Participaron comunarios, empresas privadas, autoridades municipales, trabajadores de áreas protegidas, universidades, el Viceministerio de Turismo, la cooperación internacional y técnicos del sector turístico. El coordinador general del evento fue Marcelo Arze.
“No nos imaginamos que iban a llegar tantos. (…) Al ser uno de los parques que más turismo estuvo recibiendo post pandemia, vemos por conveniente que debemos mejorar algunas deficiencias en la casa. La actividad turística necesita que haya buena atención de calidad y calidez”, dijo en la ocasión el director del Parque Nacional de Toro Toro, Félix Mamani Canaza. Este funcionario aseguró que por la cercanía, los turistas nacionales que más llegan al parque provienen de Cochabamba, La Paz y Santa Cruz.
El evento fue una de las actividades realizadas en conmemoración a los 25 años que cumplió el Sernap en 2022. La actividad se dio en un contexto de disputas y polémicas por la extracción de oro dentro de áreas protegidas, actividades que llevaron al Gobierno a firmas y anulaciones de convenios.
Más información de la paraba frente roja
- Censo. En 2021 la Asociación Armonía realizó un censo en el que identificaron alrededor de 160 nidos de la paraba frente roja. Esta especie endémica de Bolivia se encuentra únicamente en cuatro cuencas de los valles interandinos del país: Caine, Mizque, Río Grande y Pilcomayo. Se calculó que la población es de aproximadamente 1,200 individuos de Paraba Frente Roja.
- Ecoagricultura. Además del ecoturismo, la fundación Armonía impulsa un modelo de ecoagricultura que busca dar soluciones para evitar el conflicto entre la paraba frente roja y el ser humano, enfocado en generar más ingresos económicos para las familias. También se busca minimizar el uso de pesticidas en el sector.
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