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La disciplina y el patriotismo son valores importantes que pueden ser inculcados de muchas maneras. En Bolivia se cree que el servicio militar obligatorio imbuirá de estos valores a sus participantes. Es más, nuestra Constitución Política del Estado Plurinacional establece como una obligatoriedad el prestar servicio militar. Y en cumplimiento de esta obligación, días atrás un soldado murió a causa de un ataque violento por parte supuestamente de un soldado antiguo de su unidad. Y esta noticia ha causado indignación y preocupación en la opinión pública porque es un hecho recurrente en el país.

El servicio comunitario o trabajo social obligatorio debe establecerse como una alternativa al servicio militar obligatorio. Este último tiene un fin de respuesta bélica opuesto a nuestra cultura de paz instaurada por la Constitución Política del Estado. Y es que dentro del servicio militar obligatorio se dan violaciones a derechos humanos no admisibles bajo ningún concepto.

Ya en 2017 se manejaba como una alternativa incluir el trabajo social obligatorio, entre otras modificaciones a las normas de las Fuerzas Armadas. El ministro de Defensa de entonces, Reymi Ferreira, anunció que se implementarían alternativas de acción social destinadas a quienes rechazan el uso de las armas. Existen muchas actividades de impacto social en las que los jóvenes en edad de prestar servicio pueden participar como acciones de cuidado ambiental, defensa de los animales, apoyo a adultos mayores y personas en situación de calle, etc.

Conforme lo prescribe el artículo 10 de nuestra norma fundamental, somos un Estado pacifista, que promueve la cultura de paz y el derecho a la paz, así como la cooperación entre los pueblos de la región y del mundo. Es decir que esta postura pacifista no es solamente para nuestras relaciones internacionales, sino también de aplicación interna, y debe promoverse diligentemente. El servicio militar obligatorio no aporta directamente a esta cultura; aunque es cierto que quienes se identifican con la vida militar tienen derecho a acceder a este, motivo por el que precisamente deben existir alternativas a la luz de la diversidad plural boliviana.

El servicio militar obligatorio en esencia tiene un origen “civilizatorio de la masa indígena”, y esto dio lugar a que se den situaciones de violaciones de derechos humanos, que escasamente han sido denunciadas. Según un reportaje de Opinión, los principales abusos a los derechos humanos se refieren a la alimentación inadecuada; falta de acceso a la salud; privación de la remuneración; ejercicio de la violencia a través de malos tratos; impedimento del descanso diario; en feriados o domingos; privación de libertad; incentivo de peleas y prestación de trabajos serviles.

Es parte del proceso de descolonización admitir otras formas de prestación de servicios que conlleven un carácter de forjamiento de identidad, carácter y disciplina. En la actualidad existen 43 países en el mundo que no tienen servicio militar obligatorio, por lo que debe repensarse su obligatoriedad; aunque inicialmente y para no chocar con la Constitución deben plantearse alternativas de servicio social o comunitario. Ya que a su vez tenemos ratificada la Convención Iberoamericana sobre los Derechos de los Jóvenes, a través de la Ley 3845 del 2 de mayo de 2008 que, entre los derechos que promueve, también impone la obligatoriedad a los Estados suscribientes de avanzar en la eliminación progresiva del servicio militar obligatorio.

Por tanto, es posible despertar amor a la patria, disciplina y otros valores a través de alternativas al cuartel en Bolivia. Solo falta voluntad política y un poco de imaginación.

*El autor es abogado, investigador y activista, con formación en derechos humanos y especialista en Política de Drogas y Derechos Humanos.

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