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El pasado 14 de septiembre mientras se festejaba un aniversario más de Cochabamba, muchos se preguntaban cuál es el futuro económico de este departamento y cuál debería ser su estrategia de desarrollo.

En este mes aniversario surgen propuestas para que Cochabamba apueste por una industria basada en la tecnología y el conocimiento como alternativas. En ese sentido, se ha declarado a Cochabamba como  la Ciudad del Conocimiento y en reiteradas oportunidades, el Gobierno y los empresarios han manifestado su interés de definir una estrategia de innovación en ese sentido.

Gracias a la iniciativa inicial de Jalasoft, se ha desarrollado un parque de empresas tecnológicas en la ciudad. Se estima unas  200, las que juntas realizan la exportación de software que podría llegar a unos 80 millones de dólares anuales, por  lo que se ha llamado a este cluster  como el Silicon Valle de Cochabamba.

Otro plan para revertir la situación económica de Cochabamba  es ingresar al sector del turismo de salud, tomando en cuenta que  Cochabamba atrae anualmente cerca de 200.000 turistas por año, con un crecimiento  de aproximadamente 3,5%, gracias a su benigno clima, su amplia gastronomía, sus atractivos naturales y varios centros médicos con mucho renombre como el hospital belga.

Por su parte, el Gobierno recientemente ha anunciado que Cochabamba será el  “polo petroquímico de fertilizantes” con seis nuevas plantas: metanol, urea-formaldehido, nitrato fósforo potasio, nitrato de amonio, fosfato monoamónico y fosfato diamónico.

Otros reconocen y siguen apostando por  la pecuaria y la agricultura como importantes pilares para el resurgimiento de la economía cochabambina.

En medio del análisis de todas estas alternativas o potencialidades que tiene Cochabamba, de repente y sin que exista una estrategia de innovación para fomentar la industria automotriz, aparece la primera fábrica de autos eléctricos que tiene su base de operaciones en Cochabamba y se lanza al mercado el auto Quantum, que alcanza una velocidad de 55 km/hora, con una autonomía de 40-60 km y vale 6.000 dólares.

Del mismo modo hace cuatro años, sin que se tenga una estrategia de innovación para fomentar la industria del reciclaje, surgió en Cochabamba la empresa Mamut que fabrica baldosas a partir del caucho de las llantas usadas de vehículos, una empresa que se ha convertido en un unicornio por su rápido crecimiento y porque su modelo de negocio innovador, apegado a la economía circular, le permite exportar a otros países de la región. 

Las empresas que exportan software como Jalasoft, los pisos Mamut y el auto eléctrico Quantum surgen por algunos  elementos en común: el espíritu emprendedor  de sus creadores y  la innovación, en una plaza donde todavía se sigue discutiendo cuál será esa vocación departamental para el resurgimiento económico.

Con estos casos de éxito y con todas las oportunidades que hoy tiene Cochabamba, se debería plantear una estrategia de innovación en los  sectores que pueden  desarrollar una ventaja competitiva, analizando cuáles son las condiciones de los factores de producción (recursos naturales, recursos humanos, capital), las condiciones del mercado (análisis de la demanda), la situación de los actores afines y auxiliares de cada sector, y la estrategia y rivalidad de las empresas (análisis de la oferta). }

Así, el próximo aniversario se podrá festejar también incluyendo un plan de desarrollo y priorizando el emprendimiento y la innovación.

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