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No naces al periodismo para cuestionarte. No das tu primer grito para poner en tela de juicio lo aprendido. Despiertas al periodismo con prisa. Abres los ojos con la rapidez de la urgente cobertura. Buscas en quien entrevistas la calamidad, la contradicción, la acusación, la rabia, el llanto. No indagas por la felicidad, por el pequeño proyecto concluido, por el centavo conseguido dignamente... Eso no es noticia.

El problema está en que para ser periodistas nacemos en un lugar desde el que nos vemos obligados a mirar el mundo con anteojos grises. Desde ese sitio no se pueden divisar de manera nítida las cosas buenas que hacen las y los ciudadanos, ni siquiera se los puede divisar muy bien a estos. Lo único que se ve muy bien son seres que también yacen en lugares que lucen como burbujas, esos son los otros periodistas y los políticos, entre otros grupos.

Las y los ciudadanos están lejos; están en esos sitios a los que el poder no llega; están donde duele llevarse un pan a la boca, pero también donde se vive para comer, están donde padres, hijos y primos conviven en un cuarto; pero también en casas grandes donde sobran los cuartos; están donde casi nunca pudimos acceder porque no eran noticia suficiente para caber en un pequeño titular de un medio que se pretendía masivo, nacional e influyente. Aún ahora no caben; aunque del gran medio solo quede el recuerdo y algún que otro centavo que debe ser repartido entre muchos.

El lugar creado por la estructura excluyente de la noticia de pirámide invertida en el Siglo XIX fue el que ha sido cuna de millones de periodistas desde entonces y a pesar de que en su momento hubo voces que se alzaron para pedir que fuera revisado por ser "estrecho", tal el caso del Informe MacBride, eso no sucedió."Tradicionalmente, se incluyen los elementos siguientes en toda definición de noticia: las noticias deben circular rápidamente después de un suceso, tener interés general, proveer información que no se ha dado antes y que puede ser útil para tomar decisiones, y representar un alejamiento de la pauta ordinaria de la vida. Aunque convienen en que deberán incluirse estos elementos, muchos periodistas, investigadores y políticos, sobre todo de los países en desarrollo, creen que esta definición es demasiado estrecha. En su opinión, debieran incluirse varios otros criterios para que la información tenga una pertinencia máxima para quienes la reciben. La noticia no es neutral jamás". Eso decía el Informe MacBride, entre muchas otras cosas.

Esa revisión no ocurrió, salvo la voz de uno que otro comunicador que siguió década tras década protestando contra quienes informan desde los medios. Pero no es tarde. Tal vez las respuestas estén frente a nuestros ojos si es que tenemos la capacidad de sacarnos los grises lentes que usamos. Tal vez parte de la respuesta está en ampliar el estrecho recorte de la realidad que realizamos cuando elaboramos una noticia.

No podemos seguir mirando el mundo desde un lugar que nos impide ver todo lo bueno que este tiene. Al reflejar solo lo malo entre asesinatos, violaciones, catástrofes, únicamente repartimos, a través de nuestra información, muerte. Estamos ayudando, en ese sentido, a hundir el planeta porque nuestros mensajes solo llevan, en su mayoría luto.

Lo curioso es que uno de los artículos más importantes de los diferentes códigos de ética que existen en Bolivia dice que las y los periodistas debemos servir a los derechos humanos, la paz y la justicia. ¿Pero cómo servir a la paz si nuestras noticias tienden a echar gasolina en cualquier problema?

Y es entonces cuando surgen propuestas que añaden al sustantivo periodismo otras palabras como periodismo de soluciones cuando, en realidad, debiéramos buscar el buen periodismo hecho para servir a la población. Pero no parece posible, así que habrá que seguir bautizando al periodismo de otros modos. No importa. Si eso nos ayuda a encontrar el camino perdido, qué más da. Pongámosle mil nombres: periodismo responsable, periodismo serio, periodismo en serio, periodismo de esperanza, periodismo no destructivo, periodismo de buenas prácticas, periodismo no perdido, periodismo cuerdo, periodismo a mucha profundidad, periodismo más ancho, periodismo de todas y todos, periodismo de paz...

En el fondo, quienes informamos somos hijas e hijos de nuestro tiempo; descendemos de familias machistas y fruto del patriarcado, y tenemos por compañeras y compañeros a colegas que son como nosotros y que también nacieron al periodismo para mirar el mundo en blanco y negro, con contadas excepciones que, como en todo, también las hay en este microcosmos llamado periodismo.

Informe sobre el Estado de la Justicia en Bolivia 2018

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