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El amor romántico es la herramienta más potente para controlar y someter a las mujeres, especialmente en los países donde son ciudadanas de pleno derecho y donde no son, legalmente, propiedad de nadie. Son muchos los que saben que combinar el cariño con el maltrato hacia una mujer sirve para destrozar su autoestima y provocar su dependencia, por lo tanto, utilizan el binomio maltrato-buen trato para enamorarlas perdidamente y así poder dominarlas (Coral Herrera).

La idea romántica del amor, que no es la del amor que sirve, que construye, que libera, es una creación del amor de pareja muy conveniente para los que se atribuyen el poder sobre los demás, en el caso de una sociedad como la nuestra: los hombres.

Hombres que amparados en los mitos o creencias sobre esta forma desfigurada del amor ejercen su dominio en la vida de las mujeres que, según pareciera, “tienen suerte” de tenerlos como pareja. Mitos como “si te cela es porque te ama” o el famoso amor a piedra o en búsqueda “de mi media naranja” no hacen más que enseñar una forma de amor en el que se justifica la violencia en la relación; una violencia que crece y que puede llegar a matar, una forma de amor que no reconoce la plenitud y la totalidad del ser único, teniendo que buscar otro para ser completos como personas.

En Bolivia, las cifras de la violencia dentro de la pareja cada vez se presentan más altas, principalmente en las parejas más jóvenes, las cuales, a pesar de las experiencias conocidas en sus propios hogares, en sus entornos, tienden a repetir o reproducir estas mismas situaciones, ya que los mandatos sociales y la propagación de este tipo de amor romántico se encargan de sostenerlo y difundirlo.

Es así que estas desigualdades persisten, estando en vigencia plena el sistema patriarcal, el cual mantiene relegadas a las mujeres.

La Dirección de Guardiana le da la bienvenida a Pamela Villegas, técnica en Derechos Humanos del Equipo de Comunicación Alternativa con Mujeres (ECAM) - Tarija

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