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Las nuevas tecnologías deben ser insertadas de tal modo que la ciudadanía pueda acceder a los servicios de la administración pública a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), ahorrando largas filas al momento de realizar sus trámites.

Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer con relación a la digitalización de los procesos administrativos. Hoy existe lo que se conoce como burocracia digital. Si bien algunos trámites han logrado plasmarse de forma digital, muchas veces implican excesivos esfuerzos que se traducen en sitios web complejos de acceder y/o entender para el usuario, numerosos clics, llenado de formularios digitales, copiado y pegado de un sinnúmero de datos, entre otros aspectos.

Aunque la digitalización es considerada un avance abismal, es posible mejorar sustancialmente los procesos administrativos de la mano de la inteligencia artificial (IA), ahorrando considerablemente el tiempo de las personas y, por ende, logrando mayor eficacia y productividad al interior de las instituciones públicas. El óptimo funcionamiento de la IA dependerá siempre de la calidad de la conectividad y el diseño de sus algoritmos.

Si analizamos los avances obtenidos hasta la fecha en la materia, podremos verificar que, en muchos casos se ha replicado lo que se conoce por burocracia en papel hacia la burocracia digital, limitando las posibilidades de llegar a un mayor número de personas de manera más rápida.

Como sociedad, debemos aspirar al impulso de una transición al mundo digital, que no pasa únicamente por acceder a portales virtuales para concluir ciertos trámites, sino que es necesario ajustar el diseño de los algoritmos que hacen a esos portales, volviendo los sistemas más inteligentes.

Al volverlos más inteligentes se facilitarán, simplificarán y acelerarán los procesos administrativos sustancialmente, partiendo de la automatización y de la actividad predictiva.

En la actualidad, en Bolivia ninguna institución opera 100 por ciento online. Con la intención de iniciar el proceso de digitalización de los procesos ante las instituciones públicas y privadas, la Agencia Electrónica de Tecnologías de la Información y la Comunicación (Agetic) ha implementado un portal electrónico de trámites: www.gob.bo.  Este sitio establece los pasos que se deben seguir para la realización de diferentes gestiones de acuerdo con la institución.

Sin embargo, menos del 50 por ciento de los ministerios en Bolivia ha establecido, de cara a la Agetic, los procedimientos a seguir en la realización de sus trámites internos, de tal modo que puedan ser digitalizados.

Entre los ministerios que ya han iniciado la digitalización de sus trámites están, además de la Fiscalía:

  1. Ministerio de Educación
  2. Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social
  3. Ministerio de Salud
  4. Ministerio de Planificación y Desarrollo
  5. Ministerio de Justicia y Transparencia Institucional
  6. Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras
  7. Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda
  8. Ministerio de Gobierno

Si bien Bolivia aún aspira a alcanzar la digitalización de los procesos administrativos, existen regiones vecinas como Argentina que están iniciando la transición de la digitalización al uso de la IA. Este es el caso de Prometea, un sistema que aplica IA para preparar automáticamente dictámenes judiciales.

Prometea ha permitido que la Fiscalía Argentina logre incrementar la eficiencia de sus procesos de manera revolucionaria, reduciendo el tiempo para realizar un pliego de contrataciones de 90 minutos a 1 minuto (99%); la realización de procesos de requerimiento a juicio de 167 días a 38 días (77%) y los amparos habitacionales con citación de terceros, de 190 días a 42 días (78%), entre otros.

Sin lugar a dudas que la aplicación de la IA en la administración pública implica un cambio de paradigma, que inicialmente debe atravesar por la digitalización para luego aspirar al uso de la IA.

Es necesario transformar la lógica de las organizaciones y sus procedimientos. Para ello, se debe deconstruir todas las creencias sobre cómo deberían ser los pasos para alcanzar un determinado resultado y se deben redefinir estrategias a partir del uso de nuevas TIC, de modo que los servidores públicos y la ciudadanía sean el centro de sistemas de IA, logrando reducir en forma exponencial la burocracia estatal.

La gestión pública necesita evolucionar con relación a un gobierno de datos que garantice el desarrollo de las IA. Evidentemente, en los países en vías de crecimiento se debe hacer especial énfasis en el uso de IA, que evite crear más brechas de las que ya existen y, por el contrario, las minimice, generando lo que se conoce como tecnología social.

Las opiniones expresadas en este artículo son las de la autora, a título personal, y no representan las opiniones de otra persona, incluidas las del estudio jurídico al que está afiliada.

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