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El sector de la economía que utiliza la información como herramienta principal para generar valor y riqueza, transformando los datos en conocimiento, se conoce como la economía del conocimiento.  La información consiste en aquellos datos procesados que se traducen en know how o conocimiento práctico de una empresa y medios de producción para producir más conocimiento o productos y servicios con un valor añadido para la sociedad.

Por lo tanto, los datos se transforman en conocimiento valioso para las organizaciones a través de su procesamiento. Posteriormente, ese conocimiento pasa a adquirir un valor económico mayor.

Sin ir muy lejos, en la actualidad muchos sitios web ofrecen servicios y productos gratuitos como por ejemplo: servicios de búsqueda e información, redes sociales, mapas, localización y algunas herramientas para desarrolladores, entre otros.

Como se puede evidenciar, en estos casos los modelos de negocios buscan generar un uso masivo de sus servicios/productos gratuitos para extraer el mayor volumen posible de datos de los usuarios, procesarlos, obtener información y transformarlos en dinero. Este modelo de servicios y productos gratuitos debería ser imitado en las plataformas en línea de las instituciones públicas en Bolivia, para dar paso a la economía del conocimiento.

En Latinoamérica, las autoridades encargadas de proteger los datos personales deben determinar derechos, obligaciones y penalidades en caso de incumplimiento, que van a aplicar en materia de protección de datos personales.

El problema aún latente es que varios países de la región aún no cuentan con una autoridad específica para regular este sector y la regulación de los datos personales se atribuye a autoridades que tienen facultades distintas, generalmente relacionadas al sector de las telecomunicaciones.

Considerando que el sector de la protección de datos es relativamente nuevo y tomando en cuenta la evolución constante de las tecnologías, los desafíos no son pocos.

La región en cada país que la conforma necesita implementar un marco de protección de datos adecuado para participar en el intercambio de información con países cuyas regulaciones evolucionaron hacia un marco estricto, tales como los países que integran la Unión Europea. Solo así lograremos generar significativo intercambio de datos con empresas multinacionales que atraen inversión al continente.

Las empresas latinoamericanas necesitan explotar el enorme potencial que tienen los datos para poder ofrecer servicios más personalizados, eficientes, con mayor rentabilidad y lograr ser más competitivas.

Ante el escenario que se dilucida al frente nuestro, como sociedad debemos ser cada vez más conscientes de la importancia de cuidar nuestros datos personales.

En la actualidad, Argentina emplea a través de la economía del conocimiento más de 430.000 personas en forma directa y exporta más de US$6000 millones, constituyéndose en el tercer complejo exportador del país. Las proyecciones indican que este sector va a duplicar sus exportaciones en menos de 10 años en el territorio argentino.

Definitivamente, basados en la experiencia de Argentina y de otros países de Latinoamérica, la nueva tendencia regional debe ser que los  modelos tradicionales de crecimiento, caracterizados por una economía basada en la exportación de materias primas, puedan complementarse con oportunidades generadas por la economía del conocimiento, la investigación y la tecnología con impacto positivo en la sostenibilidad en nuestra región.

Las opiniones expresadas en este artículo son las de la autora, a título personal, y no representan las opiniones de otra persona, incluidas las del estudio jurídico al que está afiliada.

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