Por Wilmer Machaca**//
La representación de los indígenas en la cultura popular boliviana ha experimentado una transformación significativa en las últimas décadas. En el pasado, personajes cómicos representados por hombres blancos, como la Salustiana o la Paisana Jacinta, perpetuaban estereotipos negativos y promovían un racismo internalizado. Sin embargo, esta tendencia comenzó a cambiar con series como "La bicicleta de los Huanca", que presentó personajes indígenas más complejos y realistas.
Paralelamente, los artistas provincianos comenzaron a crear sus propios canales de difusión en música y cine, surgiendo radios y productoras musicales independientes, así como películas autogestionadas que abordaban temas locales. El cambio más profundo llegó con el auge de las redes sociales que proporcionaron una plataforma para que los antes representados se convirtieran en creadores de su propio contenido.
El panorama del consumo digital en Bolivia ha experimentado una profunda transformación. Actualmente, el consumo masivo se ha volcado hacia formatos breves y dinámicos, como reels y shorts, especialmente en plataformas como TikTok. Este fenómeno tiene sus raíces en la era de los blogs, cuando los creadores de contenido indígena-popular comenzaron a ganar relevancia en Facebook.
La pandemia aceleró esta tendencia, propiciando el surgimiento de nuevos creadores como Albertina Sacaca, quien logró un crecimiento exponencial en TikTok con millones de seguidores al igual que Elías Ayaviri en Facebook. Sin embargo, ambos han experimentado una desaceleración en su crecimiento, reflejando la dinámica cambiante de este nuevo ecosistema digital.
Los creadores de contenido se pueden dividir en productores y generadores. Albertina Sacaca, por ejemplo, se perfila más como productora, centrándose en su intimidad personal y entorno familiar en un contexto rural. Por otro lado, Layme destaca como generador de contenido, atrayendo a miles de espectadores en sus transmisiones en vivo y participando en "batallas" de TikTok.
Los creadores de contenido indígenas suelen ser valorados por una supuesta humildad ligada a la pobreza, lo que genera debates sobre la autenticidad de su imagen. Cuando se salen de este esquema, pueden enfrentar críticas e incluso expresiones racistas. Además, la imposibilidad de recibir pagos vía PayPal ha llevado a estafas cuando estos creadores confían en intermediarios para recibir sus ganancias.
El auge de los creadores indígenas-populares no es un fenómeno aislado. Son los que más vistas y seguidores tienen, conectando con la mayoría del país de orígenes rurales, indígenas y populares. Los medios de comunicación y políticos han tomado nota de su influencia, desplazando la atención que antes prestaban a la vida de las clases medias altas.
El contenido vinculado a la vida rural o la precariedad se ha convertido en el "Netflix" de las clases altas o públicos ajenos a estas realidades. Algunos creadores son conscientes de que su imagen es un producto, llegando incluso a la autoexotización. Sin embargo, la representación indígena actual es más diversa y compleja.
Para las nuevas generaciones de origen indígena, la conexión con sus raíces culturales es menos traumática y sin muchos complejos. El caso del tiktoker Ken Boliviano de Santa Cruz ilustra la complejidad de la construcción identitaria actual, donde elementos culturales diversos se entrelazan y coexisten.
La representación de creadores de contenido indígena ha evolucionado de mostrar simplemente la vida rural a construir personajes complejos y controversiales. Ejemplos como Rubén Blanco ilustran esta tendencia, presentándose como de clase alta o con ascendencia europea. Esta inversión de roles tradicionales genera polémica.
El mundo de los creadores de contenido indígena popular es amplio y diverso. Destacan figuras como la Chola trans Jesica Butrón, Kaplex, y Milton, el alteño mal hablado. Un ejemplo notable es Maju Rioja, un joven quechua que se hizo viral transmitiendo peleas de Tinku vs Takanakuy en Perú. Su fama culminó en una gira nacional, simbolizando la Bolivia morena que representa el sentido nacional del país.
Esta evolución en la representación y creación de contenido indígena-popular refleja un cambio profundo en la sociedad boliviana. Ha pasado de ser objeto de burla y estereotipos a convertirse en protagonista y creador de su propia narrativa. Este cambio no sólo ha democratizado los medios de comunicación, sino que también ha permitido una expresión más auténtica y diversa de la identidad indígena y popular. Por su capacidad de atraer seguidores y su amplio alcance, esta representación y creación de contenido indígena-popular nos está mostrando cómo se está redefiniendo la identidad nacional boliviana.
*Investigador asociado de Fundación InternetBolivia.org
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