Por Fundación Voces Libres (Bolivia)
Sábado 1 de marzo de 2025.- Yandira Mamani Alvarado, de 20 años, no fue una víctima mortal de un accidente por explosión de una garrafa, sino de un feminicidio presuntamente planificado por su pareja, Deivid Vázquez Camacho (22), quien murió horas después, por las graves quemaduras sufridas en el 80% de su cuerpo. Sus restos fueron enterrados este sábado en el cementerio Fortaleza de la zona sur de Cochabamba.
La explosión ocurrió aproximadamente a las 18:30 horas del 27 de febrero. Vecinos de la pareja, en Villa Copacabana, zona sur de la ciudad, relataron que antes escucharon gritos y que parecía que la joven estaba siendo golpeada. Ellos alertaron a la Policía, pero casi de inmediato oyeron la explosión y corrieron a ayudar. Las llamas ya habían alcanzado las paredes y sólo se oía a Deivid gritando, en busca de que lo auxilien.
Los hermanos, tíos, familiares y amigos de Yandira lamentaron el momento en que su vida se cruzó con la de Deivid. Dicen que se conocieron hace siete años y medio, cuando ella sólo tenía 13 años. Desde entonces se obsesionó con Yandira. Fueron amigos unos años y luego comenzaron una relación.
Amor, celos y violencia
Al principio ella estaba muy enamorada y él la consentía en todo, pero luego sacó a luz sus celos enfermizos y su violencia. Yandira quiso dejarlo muchas veces, pero él la amenazaba, la golpeaba, le revisaba el celular todo el tiempo.
El 27 de febrero ella quiso terminar definitivamente la relación en la habitación que alquilaban desde hace tres semanas, en la avenida Copacabana de la zona sur y Deivid reaccionó llevando una garrafa de gas licuado al dormitorio donde estaba la mujer. Abrió la llave de paso de la garrafa y encendió fuego para usarla como lanzallamas.
El fuego envolvió a Yandira que cayó muerta al piso, casi calcinada. Hubo una deflagración porque el gas se acumuló en la pequeña habitación y las llamas se extendieron y alcanzaron a Deivid que murió al día siguiente en el hospital Viedma, con el 80% del cuerpo quemado.
La Fiscalía informó que se halló la garrafa dentro del dormitorio de la pareja, lo que permitió confirmar que no se trataba de un accidente.
Antecedentes por robo agravado
Amistades de Yandira contaron que, hace dos semanas, la pareja discutió y Deivid no sólo la golpeó con un vidrio del baño, sino que le rompió su celular. Lamentablemente, ella no formalizó denuncia pues Deivid tenía antecedentes policiales por robo agravado y le tenía mucho miedo.
Ese 27 de febrero, Yandira llegó a la habitación que alquilaba, y Deivid ya la esperaba con reclamos. Ella le habló de su deseo de separarse, lo que derivó en el trágico feminicidio.
Octava hija
Flora Alvarado, madre de Yandira, no podía asimilar la idea de que ya nunca más podrá ver ni abrazar a la penúltima de sus ocho hijos. Lloraba a gritos y luego se callaba intentando pensar que todo se trataba de una pesadilla.
La Fundación Voces Libres ayudó a la familia de Yandira con los trámites de defunción, parte de los gastos por la compra del ataúd, el velorio y el sepelio. El área legal del Observatorio de Justicia se encargará de presentar los memoriales que hagan falta para el cierre del proceso.
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