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Miriam Telma Jemio

Miércoles, 15 de abril de 2020.- Los niños trabajadores y sus familias enfrentan la falta de dinero para cubrir sus necesidades alimentarias a consecuencia de la cuarentena que rige en el país, desde el 22 de marzo, con el fin de evitar la expansión del coronavirus en el país.

No todos se beneficiarán de los bonos creados por el Gobierno para paliar la crisis económica derivada de la casi paralización total del trabajo por cuenta propia. A eso se suma, la violencia intrafamiliar a la que están expuestos al no poder salir de sus casas.

Así lo ha saber Nadia Mendoza (18 años), representante de la organización de Niñas, Niños y Adolescentes de La Paz. “Lastimosamente nos pescó de sorpresa. Hemos estado haciendo llamadas para saber cómo nos podemos ayudar. La situación que viven en casa es muy tensa y complicada para muchos compañeros”.

Muchos de ellos sustentan sus hogares, ya sea porque la mamá está delicada de salud o porque no tienen papá y tienen hermanos menores. “Ellos -explica Mendoza- eran los que salían a trabajar para llevar el pan de cada día. Con esta situación ni siquiera pueden salir a comprar las cosas por la cuarentena”.

Juan tiene 16 años. Trabaja de pasapelotas. “Todo ha parado. Ya no tengo mucha plata. Con lo que puedo estoy viviendo”, se lamenta. El dinero que él obtenía lo destinaba, principalmente, a la compra de parte de los alimentos que consume su familia.

 “Nos ha faltado un poco de carne. Quisiera que nos dieran víveres. Algo para comer, para estar tranquilos con mi mamá”, dijo a Guardiana. Aunque ahora está un poco más tranquilo porque el Gobierno amplió el alcance del “Bono Familia”. Las familias recibirán 500 bolivianos por cada hijo que estudie en un colegio fiscal, en cualquier nivel.

Algunos de sus amigos también trabajan, como carniceros, en limpieza de ambientes, en la venta de productos en los mercados.

Nadia Mendoza (18 años) representa a la organización de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores de La Paz (NNAT La Paz), compuesta por más de 45 miembros, cuyas edades oscilan entre los 8 y 19 años. Entre ellos hay ayudantes de ventas, embolsadores en supermercados, los que reparten volantes y los que trabajan en la venta de productos con sus mamás.

Ella está consciente de que las medidas son para cuidar su salud, pero también siente que están vulnerando sus derechos porque ya no tienen posibilidad de ganar dinero para llevar a sus casas y ahora ya no tienen qué comer, en algunos casos.

Julia Velasco, coordinadora del proyecto Tejiendo Redes de Infancia-REDLAMYC, se pregunta sobre qué estarán haciendo los niños que lustran calzados, por ejemplo. Le preocupa saber de qué están viviendo. Y aún si pudieran salir a las calles, en este momento no es prioritario hacerse lustrar los calzados.

“Muchos de ellos sostienen familias con su trabajo. Estoy segura de que muchos de ellos, cuando termine la cuarentena, van a tener que trabajar todo el día para cubrir sus necesidades económicas. Se van a ver en la necesidad de dejar de estudiar”, alertó Velasco.

En 2018, según datos de una encuesta de Niñas, Niños y Adolescentes que realizan una actividad laboral o trabajo (ENNA), presentada por el Ministerio de Justicia, había 393.000 niños trabajadores en todo el país.

A nivel mundial, 1 de cada 10 niñas, niños o adolescentes realizan alguna actividad laboral, es decir cerca de 152 millones en total de los cuales 64 millones son mujeres y 88 millones hombres, según la Organización Internacional del Trabajo (2018).   

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La violencia en casa

“Detrás de esta enfermedad. De todo lo que está pasando no se ven los verdaderos problemas que nos están pasando, por ejemplo, con la violencia intrafamiliar. En todo este tiempo, todos encerrados en casa con el problema de la falta de dinero, los papás siempre van a pelear y va a haber tanto abusos físicos como abusos sicológicos, de parte de los padres”, alerta Nadia Mendoza.

Explica que dentro de las familias se rompió la rutina de ir al colegio en la mañana o en la tarde y luego ir a trabajar. “El problema no es quedarse en casa. El problema es la falta de dinero. El que cada día se vaya acabando lo que tenemos para comer. Eso genera alarma en toda la familia y, de alguna manera, es eso lo que genera violencia dentro de la familia”, puntualiza la líder de los niños trabajadores.

No hay políticas reales de protección hacia este sector. “Sería lindo que las autoridades se asustarán, como lo están haciendo con el coronavirus, cuando a nosotras nos explotan, nos violentan. Cada día nos secuestran, pero no hacen nada. Eso es igual en todo el mundo como el coronavirus”, según Mendoza, eso fue lo que le dijo una de las niñas de su organización.

Para Julia Velasco, coordinadora del proyecto Tejiendo Redes de Infancia-REDLAMYC, no hay una política real de protección de parte del Estado para los niños, niñas y adolescentes en medio de la cuarentena. “Es un sector altamente marginado. Invisible. No porque estén invisibles ellos, sino porque las autoridades no quieren visibilizarlos”.

Se pregunta sobre qué estarán haciendo los niños que lustran calzados, por ejemplo. Le preocupa saber de qué están viviendo. Y aún si pudieran salir a las calles, en este momento no es prioritario hacerse lustrar los calzados.

“Muchos de ellos sostienen familias con su trabajo. Estoy segura de que muchos de ellos, cuando termine la cuarentena, van a tener que trabajar todo el día para cubrir sus necesidades económicas. Se van a ver en la necesidad de dejar de estudiar”, alertó Velasco.

Las políticas y los derechos

Debido a la pandemia de COVID-19, varios gobiernos de América Latina y el Caribe ha implementado medidas de prevención como: la cuarentena, la distancia social, la restricción vehicular, el cierre de escuelas y comercios, entre otras. Esta situación ha provocado que miles de familias, niñas, niños y adolescentes trabajadores vean afectadas sus fuentes de ingresos y, por ende, su calidad de vida.

“Muchas familias están pasando por una situación crítica, cada uno hace lo posible para subsistir y asegurar el abastecimiento de los alimentos en el hogar. Se ve a muchas familias de escasos recursos que la están pasando muy mal porque el papá o la mamá no trabajan y no generan recursos”, describió el boliviano Emerson (17 años), en una conferencia virtual realizada por el proyecto Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe.

Al respecto, Soledad García Muñoz, Relatora Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, resaltó que, durante una emergencia sanitaria, como la actual por el COVID-19, muchos sectores de la sociedad no se los visibiliza por falta políticas públicas adecuadas.

Por eso considera importante que los Estados emitan políticas de prevención considerando e incluyendo a todos los grupos o sectores de la sociedad.

“Esta pandemia nos exige mirar los derechos en perspectiva de interseccionalidad, reconocer que a medida que se van sumando factores de discriminación contra una persona o un grupo se agrava su situación, su posibilidad de disfrutar de sus derechos en el marco de la pandemia, lo mismo sucede con las mujeres, los derechos de la infancia o los pueblos indígenas”, explicó García Muñoz.

“La pandemia tiene un impacto muy grande en los proyectos de vida de las niñas, niños y adolescentes de los cuales, en la región, la mitad vive en pobreza extrema junto con sus familias”, dijo Juan Martín Pérez García, coordinador del proyecto Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, en el encuentro virtual.

Para Pérez, los Estados deben cuidar que otros derechos no sean vulnerados, que sin bien crearon programas de apoyo son insuficientes o inexistentes en otros casos. “Estás medidas deficientes están dejando en indefensión a familias enteras, en las que la crisis alimentaria que comienza a crecer”, alertó.

En una de sus últimas reuniones, los miembros de NNAT La Paz analizaron su situación en medio de la cuarentena. Mendoza dice que no pudieron plantear una solución puesto que necesitan salir a trabajar, pero también están conscientes de eso supone exponerse al contagio. Lo que sí dicen que en cuanto termine la cuarentena se tiene que tomar acciones sobre el trabajo infantil y sobre su educación.

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