Por Guardiana (Bolivia)
Jueves 30 de octubre de 2025.- Ya se había denunciado la existencia ilegal de maíz transgénico en Santa Cruz. Pero no se sabía en qué cantidades está presente. Ahora, un estudio realizado por Fundación Tierra en seis zonas productoras de maíz de Santa Cruz permite saber que el 83 por ciento de las 251 muestras tomadas contiene una o más proteínas transgénicas.
Lo que hizo Fundación Tierra, en colaboración con la Universidad Mayor de San Andrés, es ver si en seis zonas de producción de maíz de Santa Cruz existen tres proteínas que, si están presentes en los granos, es porque el maíz se ha convertido en un Organismo Genéticamente Modificado (OGM).
Las proteínas cuya presencia se buscó identificar mediante unas tiras de detección parecidas a las usadas para detectar si una mujer está embarazada son las siguientes:
- La CP4 EPSPS es una proteína que permite a los agricultores usar herbicidas como el glifosato para matar las malas hierbas sin dañar el cultivo, lo que facilita el control de malezas y supuestamente puede mejorar la eficiencia agrícola. Si esta proteína es encontrada, significa que el maíz es un organismo genéticamente modificado (OGM).
- El maíz transgénico Cry1Ac/1a105 ha sido modificado genéticamente para incluir genes de la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt), que producen proteínas (Cry1Ac y Cry1a105) tóxicas para ciertos insectos plaga, como las larvas del gusano cogollero y el barrenador del maíz, proporcionando así resistencia a estas plagas. El maíz Bt se desarrolló para protegerse de estos insectos, ya que las proteínas que produce matan a las larvas que se alimentan de sus tejidos.
- Cry2Ab2 es una proteína específica que producen algunas bacterias del suelo llamadas Bacillus thuringiensis. Cuando se introduce esta proteína en el maíz, este se vuelve tóxico para ciertos insectos plaga que se alimentan de él, provocando su muerte.


El artículo 255 de la Constitución prohíbe la importación, producción y comercialización de transgénicos en el país. Y aunque el artículo 409 permite producir, importar y comercializar previa aprobación de una ley, ésta no existe actualmente para permitir el ingreso de transgénicos. Intentos previos del gobierno de Jeanine Áñez a nivel de decretos supremos (no ley), fueron derogados por el gobierno de Luis Arce. Lo que hay legalmente es la siembra de soya genéticamente modificada, aprobada mediante el Decreto Supremo 28225, del 1 de julio de 2005, cuatro años antes de las modificaciones a la Constitución.
De las 251 muestras testeadas, en 208 fueron encontradas una o más proteínas transgénicas de las ya explicadas líneas arriba. Esto es lo hallado:
- El 81% de las muestras positivas tienen presencia simultánea de las tres proteínas mencionadas (CP4 EPSPS, Cry1Ac/1A105 y Cry2Ab2).
- El 9% de las muestras positivas tienen presencia de sólo una proteína asociada al uso de glifosato (CP4 EPSPS).
- El 7% de las muestras positivas tienen presencia de la proteína asociada a RR en combinación con una de las proteínas de tipo Bt.
- El 3% de las muestras positivas tienen presencia sólo de una proteína asociada a Bt.
Sumando lo encontrado, hace un 83% de muestras en las que fueron identificados transgénicos.


Causas del uso extendido de transgénicos en el maíz
Fundación Tierra identifica las siguientes causas para el uso de maíz transgénico en Santa Cruz:
- Alta presión biológica de plagas y malezas en los campos de monocultivos, lo que aumenta los costos de producción y provoca pérdidas de cosechas.
- Falta de fiscalización y control de parte del Estado, debido a que las autoridades agroambientales no cuentan con mecanismos institucionales y operativos suficientes para regular el uso,
comercialización y producción de maíz genéticamente modificado. - Libre circulación de semillas genéticamente modificadas de maíz, entre las cuales destacan marcas comerciales como Dekalb (parte de Bayer tras la compra de Monsanto), Biomatrix (parte de Syngenta con base en Brasil), Brevant (parte de Corteva Agriscience en Brasil), así como FertiSeed y Semeali, también de origen brasileño. Los principales países de origen son Brasil, Argentina
y Paraguay.
Sobre la falta de fiscalización y control por parte del Estado, Guardiana publicó en septiembre de este 2025 el reportaje ¿Cuán preparada está Bolivia para regular el ingreso de transgénicos?, en el que se muestra la existencia de un andamiaje complicado y poco eficiente para el control del ingreso de transgénicos al país porque, entre otras cosas, el personal ni siquiera analiza lo que ingresa.

Como se puede observar en el cuadro, los menonitas serían los que más transgénicos utilizan, seguidos por los interculturales y luego las pequeñas propiedades.
¿Por qué este problema es hoy más importante que nunca?
Este tema es hoy importante en Bolivia porque los candidatos a la Presidencia que lideraron las encuestas para las elecciones del 17 de agosto demostraron su inclinación a abrir más las puertas de Bolivia a los transgénicos y el actual Presidente electo, Rodrigo Paz Pereira, fue uno de ellos.
Rodrigo Paz defendió el 11 de julio en Yo Elijo (Santa Cruz) el uso de biotecnología para ganar competitividad y producir más. “Aquí (en Bolivia) estamos en las cavernas. Hay que ser competitivos si nos queremos comparar con lo que hace Paraguay, con lo que hace Uruguay, que ya está empezando a ganarnos en la producción de soya”.
Al respecto, Fundación Tierra incluyó en su investigación un cuadro que muestra cómo era el rendimiento de la producción de soya en países como Paraguay, Argentina y Brasil (en toneladas por hectárea) antes de que se autorizara el uso de transgénicos y cuánto subió el mismo una vez que se dio luz verde.

Las opiniones de algunos políticos son coincidentes con la de los principales representantes de los empresarios cruceños que también creen que anulando las barreras legales que impiden el uso de semillas transgénicas podría mejorar y escalar la producción del agro.
“Según el razonamiento de los representantes del agro cruceño —dice Fundación Tierra en su estudio— la coexistencia de restricciones legales para el uso de semillas transgénicas y bajos rendimientos agrícolas no es una casualidad. Están convencidos de que la falta de biotecnología es la causa principal de los bajos rendimientos”.
El estudio de Fundación Tierra cuestiona la premisa de que la legalización de cultivos genéticamente modificados o “biotecnología” conduciría automáticamente a dar grandes saltos productivos como creen líderes políticos y empresarios, "considerando que, pese al uso generalizado de semillas transgénicas, persisten los problemas de bajos rendimientos agrícolas".
A pesar de cuán extendido está el uso de transgénicos del maíz en Santa Cruz, “el agro cruceño atraviesa un periodo de estancamiento —incluso de retroceso— en términos de desempeño productivo y viabilidad económica. Lejos de consolidarse como un modelo sostenible, la agricultura de Santa Cruz parece haber alcanzado su techo productivo. En los últimos 15 años, los rendimientos de los principales cultivos se han mantenido prácticamente invariables y, en los últimos cuatro años, la tendencia a la baja es recurrente”. Esto se puede observar en el siguiente cuadro:

Fundación Tierra indica que los desafíos reales son más profundos: degradación de suelos, baja diversificación, debilitamiento institucional y falta de políticas públicas orientadas a la sostenibilidad.
Por eso, el director Ejecutivo de Fundación Tierra, Juan Pablo Chumacero Ruiz, cree que "el desafío no es legalizar lo ilegal, sino imaginar y construir una agricultura que alimente sin destruir, que produzca sin excluir y que respete los límites ecológicos ambientales del país.
Finalmente, el estudio recomienda enfocarse en los desafíos estructurales que están por detrás de los bajos rendimientos agrícolas y el empobrecimiento de los suelos, más que en la legalización de cultivos genéticamente modificados. La práctica extendida de los monocultivos trae consigo problemas de sostenibilidad como la pérdida de fertilidad, plagas cada vez más resistentes, aumento del uso de plaguicidas y agroquímicos, disminución de las potencialidades productivas de la tierra y eventos climáticos extremos y erráticos, entre otros.
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